Los administradores de fincas que participan en una asociación como Apaf consiguen transmitir a todos aquellos potenciales clientes los valores por los que se rigen este tipo de agrupaciones de índole profesional. Debido a la gran cantidad de casos en los que la actividad del administrador de fincas es, como mínimo, de carácter dudoso u opaco.
No basta con seleccionar alguna empresa que se dedique a la gestión integral de las fincas y se encuentrebajo las directrices marcadas por una asociación de administradores de fincas, hace falta también, por mucha pereza que pueda suponer, cuáles son esas directrices y el grado de intensidad con el que esta asociación vela por el respeto a esas normas o formas de actuación establecidas. Una vez realizada esta pequeña investigación solo queda por determinar si el código ético que promulgan se adecúa a las necesidades de cada propiedad.
Es muy importante que antes de contratar a un administrador de fincas este se comprometa a la realización de las siguientes actividades:
– Transparencia total y accesibilidad a todos los datos, recibos o estado de cuentas por cualquiera de los propietarios.
– Presentación de varios presupuestos de diferentes empresas para cada caso.
– Controlar de forma efectiva los impagados o las devoluciones.
– En cuanto a los morosos, llevar adecuadamente todos los trámites pertinentes con el fin de conseguir el cobro de las cantidades adeudadas.
– Encargarse de la redacción y revisión de los contratos de arrendamiento.
– Notificación al propietario de todos los problemas que se puedan ocasionar en su propiedad.
– Gestión y control de la contabilidad, guardando todos los recibos y documentación necesaria.
– Debe realizar, como representante, las gestiones ante organismos oficiales que se precisen
– Informar a los propietarios sobre el estado de las cuentas.
– Gestionar las convocatorias de juntas generales.
– Preparar el presupuesto para el ejercicio siguiente y realizar la liquidación del ejercicio en curso.
– Velar por la integridad de todos los bienes y servicios.
– Estar al corriente de todas las novedades en las normativas o la rectificación de normas existentes.
Como mínimo, estos profesionales han de comprometerse a la realización de estas tareas transparentemente, sabiendo que son simples intermediarios que aplican sus conocimientos para realizar una tarea que los propietarios no pueden o no quieren realizar por su cuenta.
Como se puede suponer, el cargo de los administradores de fincas es un trabajo de máxima confianza en el que uno o varios propietarios ponen en manos de un profesional la gestión de todos los aspectos relacionados y asociados a las propiedades. Por ello, se podría denominar como un cargo de confianza, en el que las prácticas transparentes, el fuerte condicionamiento ético y la capacidad de gestión son las máximas sobre las que se debe fundamentar el desarrollo del trabajo de cada profesional o empresa que se inserte en este sector empresarial.